Y no puedo llorar

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Hace unos años, ni muchos, ni pocos, un joven primo mío murió.

Una leucemia diagnosticada un 31 de diciembre se lo llevó el 31 de agosto siguiente, con bastante sufrimiento aunque casi manteniendo la esperanza hasta el final.

Era el más pequeño de los primos.

Hoy, su madre se muere. Joven también, es la más joven de las tías. No se ha recuperado muy bien de la muerte de su hijo, además, se murió otro siendo muy pequeñito. Las nietas de mi otro primo han sido las únicas que le han levantado un poco el ánimo, pero nada más.

No saben por qué. También es un problema en la sangre pero no saben qué, o no dicen qué.

Hace una semana le pusieron transfusiones y un tratamiento de quimioterapia porque le habían hecho unos análisis y no estaban bien, más bien estaban muy mal y no recupera nada de todo lo que pierde. Tenía controles desde hacía unos meses porque tenía anemia.

Nosotros nos enteramos antes de ayer y fuimos a su casa a verla. Ayer la ingresaron en el mismo hospital y en el mismo área que a su hijo y hoy les han dicho que no hay solución, que harán lo que puedan.

Y yo me pregunto: ¿qué se puede hacer? Espero que por lo menos intenten que no sufra y que no la “acribillen” a pruebas “para intentar saber”, como le hicieron a él. Lo harán siempre buscando soluciones y curas pero el sufrimiento es grande y a veces se crean unas esperanzas que no existen.

Hoy es un día muy triste y no acaban de salir mis lágrimas.

Escapada

Acabo de volver.

De forma inesperada, de casualidad, buscando otra cosa me encontré con la posibilidad de irme cinco días a la playa, al sur, de lunes a viernes. Bueno, cinco, cinco no son porque el viaje, prácticamente, te quita uno.

Los he aprovechado al máximo sin hacer nada. He descansado, he desconectado, he cambiado totalmente de aires y he conseguido relajarme. No pensaba que iba a ser así, pero así ha sido. Y me he quedado con ganas de más.

He ido sola, me ha servido para hacer lo que he querido, cuando he querido, y sería mucho decir que no he parado, porque precisamente, lo que he hecho ha sido eso, parar.

Dejé en casa a mi adolescente favorito con sus exámenes. No ha estudiado, lo sé, como mucho habrá hecho lo mismo de todos los días pero... La semana que viene tiene más. Termina el curso y será igual.

Tengo que hacer más escapadas. No sé cuando, pero tengo que intentar hacerlas.

Y de momento, el fin de semana no voy a pensar en el lunes, que la semana que viene se me presenta movidita y volveré a "estres".

¡qué bien se estaba en la playa!