lunes, noviembre 27, 2006

A tener en cuenta

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El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define “personalidad” como el conjunto de características propias de cada persona que la distinguen de las demás.

Según los expertos, que no yo, la personalidad está formada por una parte innata, que es nuestro temperamento y una parte adquirida que es nuestro carácter. A la parte innata le corresponde un 30% y a la parte adquirida un 70%

Y ¿qué nos quieren decir con ésto? Pues que la parte adquirida se puede modificar y, por lo tanto, todos somos capaces de modificar nuestras conductas y nuestra forma de ser por muy difícil que nos parezca. Y esto sólo se consigue a base de trabajo en el área “personal”.

Tenemos dos mentes: una racional, que piensa y, otra emocional, que siente y ambas interactúan entre sí. Sólo la coordinación de la capacidad de sentir y la capacidad de pensar (equilibrio entre los dos hemisferios) nos da un amplio abanico de posibilidades de expresión, de pensamiento, de comportamiento.

En el hemisferio izquierdo se sitúa el pensamiento, la razón, la lógica. En el hemisferio derecho: la emoción, la intuición, la creatividad.

Y no es que yo tenga dos, es que todos tenemos uno a cada lado y hay que ponerlos a trabajar juntos, que yo no sé cuál de los dos me funciona más, creo que depende del tema, que unas veces más uno y otras otro, aunque seguro que hay quien opina que soy más racional que otra cosa. Lo que sí sé es que hay que poner un poco de cada uno en cada cosa para que sea ¿más coherente quizá? Y lo que también sé es que no es nada fácil.

Y llegados a este punto, que no es el punto y final, distinguir entre estrés positivo y estrés negativo no es que sea ni fácil, ni difícil. Todo tiene su punto de inflexión en el que el uno se puede convertir en el otro.

El estrés positivo sería el que te lleva a hacer cosas, sin agobios, el que te “provoca el movimiento” y el que te mantiene activ@.

El estrés negativo, éste es el que se supone que padecemos todos o casi todos y el que identificamos siempre con la palabra estrés, es el que, en una pequeña frase: “te puede llevar al hospital”.

Existen técnicas para controlar el estrés, el negativo, que también hay que trabajar y es que parece ser que en esta vida, todo es a base de trabajo ya sea de una forma o de otra, pero trabajo.

Y hay que empezar por:

- Hacer una relación sobre lo que nos causa estrés, profundizando y especificando cosa por cosa (no vale decir, por ejemplo, que mi jefe, mi hijo, mi pareja,… me estresa, hay que decir lo que me estresa de ...)

- Hablar de las causas con alguien en quién confías, recibir su punto de vista y su visión del asunto.

- Controlar el tiempo. Hacer una buena gestión del mismo, marcando principios y finales con margen suficiente para conseguir lo propuesto.

- Charlar con uno mismo pensando en positivo, viendo las cosas como oportunidad más que como otra cosa negativa.

- Fijar metas realistas. Determinar las cosas alcanzables, no las inalcanzables.

- Utilizar la asertividad a la hora de comunicar.


- Mejorar el estado físico. Hacer ejercicio físico combate la ansiedad, la depresión, la presión arterial, etc. Y esto está demostrado científicamente.

- Ser flexible y estar preparado para los cambios que puedan surgir.

Y como ya dije, fácil no es, pero parece que funciona y habrá que intentarlo y si no sale a la primera, pues ya saldrá, pero yo me voy a poner a trabajar para mejorar.

Y lo mejor es que, no hay que mejorar para los demás, es que hay que mejorar para uno mismo, para sentirnos bien con lo que hacemos y con lo que sentimos. Y así, seguro que también mejoramos para los demás.

Y eso es bueno, seguro que sí.

lunes, noviembre 13, 2006

¡Vaya semanas!

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No soy capaz de organizar mi tiempo, de hacer las cosas que quiero para mi y no paro de correr. Y es que más que mi tiempo tengo organizado el tiempo de mi adolescente favorito que no para de pedir ésto, lo otro y por favor que no llego.

Y claro, al final ¿qué o quién se resiente? pues mi tiempo y yo.

Y todo para que aproveche el suyo al máximo porque, por ejemplo, no es lo mismo salir y tardar diez minutos en coche, que esperar al bus (que en una prueba y después de más de diez minutos andando para llegar a la parada, a los treinta minutos de espera no había pasado aún) o ir andando que pasaría también de los treinta o cuarenta porque su sitio de entrenar no está cerca de casa y no tiene tampoco buena combinación.

Y ¿luego qué? Espero y deseo que sea capaz de obtener resultados porque si no...

Mi planes de organizar y salir más pronto del trabajo para mis horas de gimnasio, para mi tiempo de relax, para las cosas de la casa y no llegar al fin de semana y tener que montar un zafarrancho, se están quedando en menos de lo que yo pensaba, aunque hay cosas que "no perdono" y esas son intocables y mías.

Y si pienso un poco en mí y me analizo, no estoy estresada, o no lo estoy negativamente. Y digo ésto porque esta semana pasada, en un curso, he aprendido a distinguir entre el estres positivo y el negativo y no es que sea muy difícil, pero sí que me ha servido para darme cuenta de cosas a las que no damos importancia porque parecen obvias y, resulta que, una vez puestas en común y escuchándoselas a otras personas te hacen pensar y darte cuenta de lo importantes que pueden llegar a ser.

Y también he aprendido a tener en cuenta los dos hemisferios de mi cabeza: el derecho (sentimientos) y el izquierdo (razón) y a intentar poner un equilibrio entre ellos.

Y, espero que me dure porque, la verdad, es que se abren bastantes ventanas a mi alrededor por las que entra la luz de forma diferente.

Y como tomé apuntes pues ya iré colgando alguna cosa porque nunca es tarde para aprender algo nuevo.