domingo, marzo 14, 2010

Ni lejos ni cerca

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Leyendo y leyendo me he encontrado con algo que se que sé, pero de lo que nunca me acuerdo si lo tuviera que explicar. Es aquello del protocolo en la distancia entre personas pero que también afecta a nuestro comportamiento con los más cercanos.

La distancia interpersonal

Existen distintas zonas:

a) Distancia íntima (0-50 cm): en esta zona se sitúan las personas amadas y familiares.

b) Distancia personal (50-125 cm): es el espacio personal de cada uno, una especie de esfera protectora que nos gusta mantener entre nosotros y el resto de los individuos.

c) Distancia social (1,25-3,5 m): es la distancia que se mantiene para trabajar en equipo o en relaciones sociales ocasionales.

d) Distancia pública (más de 3,5 m): es la que nos gusta mantener con los desconocidos (por ejemplo al caminar por la calle).

Nos podemos encontrar con situaciones en las que no se respetan estas distancias. Cuando una persona se sitúa en una distancia que no le corresponde, nos podemos sentir incómodos. Esto se produce en los dos sentidos, tanto si un desconocido se sitúa en nuestra distancia personal como si una persona muy cercana (nuestro hermano, hermana, primo, etc.) se mantiene alejada de nosotros y evita el acercamiento.

La postura

La postura es la posición que adoptan los brazos y las piernas de una persona con respecto al cuerpo y que también influye en la relación con otros. La postura de nuestro cuerpo es algo que nuestro interlocutor percibe a simple vista y por tanto hay que cuidar. La inclinación del cuerpo hacia la persona con la que hablamos denota atención y acercamiento, pero cuidado con las distancias, mientras que estar echado hacia atrás en la silla indica desinterés o rechazo.

¡Cruzar los brazos está prohibido!. Vaya!! yo lo hago mucho, soy consciente de que lo hago y no debería hacerlo.

Tener los brazos cruzados se asocia con una actitud defensiva, mientras que la distensión y relajación de los brazos trasmite una actitud confiada. El mantener una conversación con alguien que tiene los brazos cruzados puede indicarnos que esa persona no pretende cambiar sus planteamientos.

No lo hago por mantener mis planteamientos, sé que es más como actitud defensiva. ¿de qué? pues no tengo respuesta....