Y es que en cualquier lugar puedes encontrar algo que te enamore.
Y sólo respirar la brisa lo hace y te ofrece todas las sensaciones que crees que no necesitas pero sí, o que sabes que necesitas y no encontrabas el momento.
Salir de lo de todos los días, los problemas, los agobios,... respirar y dejar que se libere la mente.
Y no pudo ser el Bajo Miño, pero ha sido Cádiz y me volví a enamorar de la zona, de sus playas, de su mar, de su interior, de sus colores,....
Y con la sensación de tener que volver para seguir disfrutando de lo que no dio tiempo.