Tenemos dos opciones: o vivir desesperados de la vida o aprovechar los momentos, disfrutarlos, conseguirlos, vivirlos y sentirlos.
La felicidad no es un estado que se mantenga en el tiempo, la felicidad es efímera y por eso hay que aprovechar esas pequeñas cosas que te hacen sentir a gusto, tranquilo y contento con lo que haces.
Son esos ratos con los amigos, esos momentos de desconexión, las risas con los compañeros, lo que dura una película, un concierto, el sentarse a escribir o a leer, un paseo, una conversación,... son las opciones que eliges o que se presentan y en las que te encuentras bien.
Hay que aprovecharlos, disfrutar y sentirse bien; valorar esos estados y sentimientos y sumar y sumar muchos de esos momentos haciendo lo que nos gusta y nos sienta bien.
Así conseguiremos sentirnos bien y felices.