He estado de viaje: de domingo a jueves en París.
¡qué bonito! No lo conocía y me ha gustado mucho.
No voy a escribir sobre sus increibles monumentos, calles, iglesias, jardínes, puentes... quiero contar lo que me ha llamado la atención.
Empezaré por el primer día. Llegamos al aeropuerto de Orly y cogimos un tren muy rápido que conecta con el metro/renfe para llegar al centro. Me pareció caro (prácticamente todo me pareció caro) pero creo que es la mejor forma de llegar al centro.
Dejamos las cosas en el hotel y buscamos un sitio para comer a la hora europea: 12:30-13:00 horas.
Hacía muchísimo calor.
Sorpresa: la gente ocupaba bancos en las calles y parques, sentados y/o tumbados en el cesped, tomando el sol y también a la sombra para comer en la calle. Unos habían comprado algo de comida y a otros se les veía con su "tarterita". También vimos a varios grupitos (compañeros de trabajo podrían ser) que habían hasta preparado un picnic con su mantelito y sus botellas de vino, etc., aunque se veía más comida rápida que otra cosa. Por la noche era más preparado porque también utilizaban la calle para cenar.
Nosotros hicimos lo propio. Compramos algo de comida rápida e intentamos buscar un banco, a la sombra, en un parque para comer en la calle. Nos costó, había mucha gente.
En Madrid no he visto comer en la calle a tanta gente y no hablo de turistas.
Transporte: Me ha llamado mucho la atención el uso de las bicicletas en París. Hay muchísimas bicicletas en las calles para poder alquilar y de uso y disfrute de los parisinos y de los que no lo son.
Gente trabajadora con sus trajes y vestidos utiliza la bici para desplazarse, pero todavía me llamó más la atención que también utilizaran los patines para lo mismo. Parece ser que es algo normal ver a la gente en patines desplazándose por París, pero yo no me lo esperaba.
Tan normal como que la policía utiliza patines para patrullar. Había policia a pié, en coche, en moto, en bici, sobre patines, a caballo.
Es verdad que casi todas las calles de París, por no decir todas, son planas, no hay prácticamente cuestas y eso facilita ese tipo de transporte.
También es verdad que el uso de las bicicletas y patines no evita los atascos y el tráfico en París. Quizá el domingo había menos que el resto de los días, pero vimos atascos y mucho tráfico en la capital de Francia.
Mi "adolescente favorito", que cumple años pero me gusta seguir llamándole así, no vino, se quedó en casita con sus clases y sus entrenamientos.
El jueves, a la vuelta, aterricé de golpe a la rutina y al regreso a la "vida normal" y no al ocio, al turismo y sobre todo a la desconexión de los cinco días anteriores: me lo encontré con un esguince doble y complicado en el mismo pié y con una noticia más grave sobre un primo mío con el que mis padres han sido casi sus padres y mis hermanos y yo hemos sido como hermanos.
Mi hijo mejora despacio (o eso creo, estamos de médicos y pruebas) pero mi primo no sabemos porque lo que tiene es muchísimo más complicado y puede serlo aún más.
¡qué bonito! No lo conocía y me ha gustado mucho.
No voy a escribir sobre sus increibles monumentos, calles, iglesias, jardínes, puentes... quiero contar lo que me ha llamado la atención.
Empezaré por el primer día. Llegamos al aeropuerto de Orly y cogimos un tren muy rápido que conecta con el metro/renfe para llegar al centro. Me pareció caro (prácticamente todo me pareció caro) pero creo que es la mejor forma de llegar al centro.
Dejamos las cosas en el hotel y buscamos un sitio para comer a la hora europea: 12:30-13:00 horas.
Hacía muchísimo calor.
Sorpresa: la gente ocupaba bancos en las calles y parques, sentados y/o tumbados en el cesped, tomando el sol y también a la sombra para comer en la calle. Unos habían comprado algo de comida y a otros se les veía con su "tarterita". También vimos a varios grupitos (compañeros de trabajo podrían ser) que habían hasta preparado un picnic con su mantelito y sus botellas de vino, etc., aunque se veía más comida rápida que otra cosa. Por la noche era más preparado porque también utilizaban la calle para cenar.
Nosotros hicimos lo propio. Compramos algo de comida rápida e intentamos buscar un banco, a la sombra, en un parque para comer en la calle. Nos costó, había mucha gente.
En Madrid no he visto comer en la calle a tanta gente y no hablo de turistas.
Transporte: Me ha llamado mucho la atención el uso de las bicicletas en París. Hay muchísimas bicicletas en las calles para poder alquilar y de uso y disfrute de los parisinos y de los que no lo son.
Gente trabajadora con sus trajes y vestidos utiliza la bici para desplazarse, pero todavía me llamó más la atención que también utilizaran los patines para lo mismo. Parece ser que es algo normal ver a la gente en patines desplazándose por París, pero yo no me lo esperaba.
Tan normal como que la policía utiliza patines para patrullar. Había policia a pié, en coche, en moto, en bici, sobre patines, a caballo.
Es verdad que casi todas las calles de París, por no decir todas, son planas, no hay prácticamente cuestas y eso facilita ese tipo de transporte.
También es verdad que el uso de las bicicletas y patines no evita los atascos y el tráfico en París. Quizá el domingo había menos que el resto de los días, pero vimos atascos y mucho tráfico en la capital de Francia.
Mi "adolescente favorito", que cumple años pero me gusta seguir llamándole así, no vino, se quedó en casita con sus clases y sus entrenamientos.
El jueves, a la vuelta, aterricé de golpe a la rutina y al regreso a la "vida normal" y no al ocio, al turismo y sobre todo a la desconexión de los cinco días anteriores: me lo encontré con un esguince doble y complicado en el mismo pié y con una noticia más grave sobre un primo mío con el que mis padres han sido casi sus padres y mis hermanos y yo hemos sido como hermanos.
Mi hijo mejora despacio (o eso creo, estamos de médicos y pruebas) pero mi primo no sabemos porque lo que tiene es muchísimo más complicado y puede serlo aún más.